lunes, 14 de mayo de 2012

Anguita comentado (1), El sentimiento de derrota


Julio Anguita ha sido, en union del minero asturiano, uno de los dos dirigentes de Izquierda Unida mas coherentes con lo suyo en la historia de la coalicion, en cuyo origen estuvo tambien el Partido Carlista, para ser injuriado y vilipendiado por un transfuga de profesion llamado Santiago Carrillo, apoyado por otro vividor ideologico llamado Alfonso Guerra.

Lo dicho por Anguita en Marzo paado merece ser recordado y analizado desde la izquierda, por mas que algunos pretendan el monopolio y les desmientan los hechos. Podra haber salvedades y disconformidades de parte de quienes viven dentro de un caparazon ideologico del que jamas saldran en cuantos a estos textos. Antimarxistas de pitimini hoy no son sino los hijos autores de aquellos ladrillos ideologicos que nos propinaba el franquismo en la denominada Prensa del Movimiento 

Nadie le ha pedido a usted, señor lector, ni le va a pedir desde aqui, que se sienta ni carlista, ni comunista ni etarra objeto del deseo de los ultras, ni marxista de condado, ni anarquista de salon. Nada de eso. 

Yo solo le voy a pedir que haga algo poco usual en España y solo al alcance de una minoria, QUE PIENSE EN LO QUE LEA. 

Se lo dice, y escribe, UN SOCIALISTA. y COMO SOCIALISMOS HAY MUCHOS Y ALGUNOS BASTANTE NOCIVOS E INUTILES TENDRE QUE CONCRETAR QUE DEL SOCIALISMO AUTOGESTIONARIO COMO SEÑA DE IDENTIDAD ACTUAL DEL CARLISMO.

¿Dónde estamos?

26 mar 2012

Julio Anguita, excoordinador general de Izquierda Unida
Primera entrega de una serie de ocho artículos en los que se sintetiza la intervención de Julio Anguita en el Ateneo de Madrid el pasado día 9 de Marzo.
Va siendo hora de que los hombres y mujeres que nos reclamamos de la izquierda asumamos con todas sus consecuencias que hemos perdido la guerra. No se trata de una derrota parcial en una fase histórica precisa del desarrollo del sistema al que, mal que bien, hemos combatido. Es el final de un enfrentamiento multisecular que se ha saldado con el cadáver del vencido yaciendo en el campo de batalla.
Y la hemos perdido quienes nos hemos sentido ligados al desarrollo y vicisitudes de la lucha a través del proceso histórico que ha alumbrado la aparición de la Primera Internacional, la Segunda, las Dos y Media, la Tercera y la Cuarta. El Manifiesto Comunista, los proyectos de emancipación social protagonizados por los llamados utópicos, la Comuna de París, la Constitución de Weimar de 1919, la Soviética de 1936, el keynesiano Estado del Bienestar o la solemne Declaración de Derechos Humanos de 1948 son los hitos más emblemáticos de unos desarrollos sociales y teóricos que al día de hoy parecen arrumbados y exhibidos como trofeos en las vitrinas y expositores de los vencedores.

Pero la derrota se extiende mucho más allá. También han sido debelados los conceptos, valores y conquistas del pensamiento liberador que han supuesto La Ilustración, el Derecho, la Democracia, la Cultura como liberación y con ellos el ideal constitucional de la llamada Soberanía Nacional.

Los clásicos, cordiales y reconfortantes altares donde otrora se alzaban los dioses de la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad han sido derribados y con sus ruinas se han erigido otros en los que campean las tres divinas personas de la trinidad capitalista: Mercado, Competitividad y Crecimiento Sostenido.

Los corifeos del sistema ya no consideran necesario conservar las formas, el lenguaje y los modos convencionales de la relación interpersonal; para ellos y así lo confirman con sus hechos y escritos públicos, la Democracia contiene un peligrosos gen que desemboca en una doble manifestación patológica: el populismo y la demagogia; males estos que deben embridarse con los mecanismos correctores proporcionados por los mercados.

Quienes han ligado total o parcialmente sus vidas a luchar por las ideas y propuestas de plena emancipación humana han dejado de ser tratados como enemigos a los que se debe reducir a la mínima expresión, como ya se intentara e hiciera mediante la creación y desarrollo protegido de los fascismos de cuño clásico. Ahora los medios de comunicación, constituidos en potentes empresas encargadas de fomentar la mentalidad sumisa, convienen en presentar a los luchadores irredentos como orates, anacrónicos, mesiánicos o- en el colmo de la manipulación lingüística- como utópicos. Desde el Infierno creado para ellos, se les ha confinado a perpetuidad en el Limbo.

Así en el imaginario colectivo de las muchedumbres, la noción de culpa a causa de haber vivido por encima de las posibilidades se ha introyectado en sus mentes, las ha abducido y desde esta posesión va preparando el terreno para la configuración de una nueva y masiva Internacional: la de los resignados. Es la perfecta dominación: convertir a cada ser en su propio vigilante cuando no en verdugo.

Así, de esta manera, el concepto Modernidad que desde el Renacimiento significaba centralidad humana ha degenerado en una idea ligada a la cibernética, la ofimática o la comunicación paroxística. El paradigma es el del mono adiestrado.

Y si mis palabras resultan hirientes, exageradas o inconvenientes sugiero que se haga el ejercicio de retrotraerse veinte años atrás y a la luz del candoroso y lábil discurso europeísta de entonces contémplese la actual situación de la UE. Ni las ruinas de Itálica son comparables.
JULIO ANGUITA

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No tenemos nosotros ciertamente sentimiento de culpa. La derrota cantada de Labordeta en Banderas rotas solo puede anestesiar temporalmente.

 El hundimiento economico del mundo tal como lo hemos conocido en realidad, es una escenografia operistica cuyas consecuencias si nos dejamos amedrentar son un retroceso centenario en derechos u libertades. Ahora nos cuentan que todo son habas contadas y que la globalizacion impide que sea de otra forma.

Y no es asi.

El modelo economico es susceptible de ser modificado paulatinamente pero ya no podremos seguramente hacerlo desde las barricadas. En el siglo XIX un gobernante frances decidio modernizar Paris abriendo amplias avenidas...

El motivo ademas de los aparentes era impedir las barricadas y que la artilleria y la caballeria no tuviesen problemas en sus acciones contra los revolucionarios. Las modernidades tienen estas cosas...

Pero podremos ir por las avenidas contra quienes antes nos explotaron y ahora nos hunden en la esclavitud alegando que no hay trabajo y que la culpa inexorable es de las maquinas. Pero ese debate ya se suscito en los siglos XVIII y XIX cuando los obreros quemaban las maquinas que les condenaban al hambre. Y fracasaron. Ese planteamiento siempre ha sido un sofisma economico tan fantastico como el del crecimiento ilimitado. De ahi el fracaso liberal de las tesis que lo defienden olvidando que los recursos son limitados.

Y QUE LA VERDADERA CUESTION ES REPLANTEARSE NUESTRA CULTURA ECONOMICA, QUE LOS RECURSOS DEBEN SER PARCIALMENTE PLANIFICADS EN SU USO Y QUE LA LIBERTAD LIBERAL NO ES LA DEL ROBO Y EL SAQUEO DE LO QUE ES PROPIEDAD SOCIAL.

QUIENES HAN MANTENIDO LO CONTRARIO Y ADEMAS LO HAN PRACTICADO DEBERIAN DE ATESTAR NUESTRAS CARCELES Y NO ES ASI PORQUE EL PROPIO SISTEMA LES PROTEGE.

CARADEPLATA

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